Esta es la receta clásica que comienza limpiando el pescado y dejando solo los filetes, que pueden usarse enteros o en trozos. Luego se sumergen en agua con vinagre, laurel y pimienta machacada durante 24 horas. Con este proceso la carne adquiere una textura firme y se puede servir como aperitivo, entrada o en ensaladas, picada en trozos regulares o en láminas finas.