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9 noviembre, 2024

Camarón de Vega

En las vegas húmedas del Maule vive un habitante experto en la excavación: el camarón de vega. Se trata de un pequeño crustáceo (Parastacus pugnax) que cava túneles de hasta dos metros bajo tierra y que, desde hace siglos, forma parte de la cultura y la mesa campesina.

​En la comuna de Chanco, las vegas de Reloca, cerca de Pahuil, son uno de sus refugios más conocidos. Lo mismo ocurre en Miraflores, próximo a Linares, y en Capellanía, cerca de Putú. Allí, entre suelos blandos y aguas someras, los camarones se esconden bajo la tierra, esperando a ser buscados en invierno, cuando su consumo es más tradicional en caldillos, empanadas y sopas.

El camarón de vega además de ser alimento, es fiesta. En distintas localidades se celebran encuentros en su honor. La más famosa es la Feria del Camarón de Vega en Nueva Imperial, que cada agosto reúne a familias enteras en concursos de extracción, competencias de rayuela, música en vivo y, por supuesto, una gran muestra gastronómica donde el camarón es protagonista en todas sus versiones. También en Ñuble, en las vegas del Itata, se organizan festivales que mezclan tradición, cocina y juegos populares, reforzando el vínculo comunitario en torno a este crustáceo.

​Del Maule a la Araucanía, el camarón de vega mantiene vivo un oficio que combina paciencia, destreza y memoria rural. Un recurso frágil, que depende de humedales sanos para sobrevivir.