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10 noviembre, 2024

El tesoro blanco: Las salinas de Yoncavén

En el límite norte de la costa del Maule, cerca de la caleta de O’Higgins y en la laguna de Boyeruca, se encuentran las salinas de Yoncavén y Lo Valdivia. Son las más grandes productoras de sal de costa en Chile y, aunque muchos la conocen como “sal de Cahuil”, gran parte proviene de aquí.

En Yoncavén trabajan 12 salineros, mientras que en Lo Valdivia son alrededor de 60. En comparación, las reconocidas salinas de Cáhuil reúnen apenas una decena de trabajadores.

​Detrás de cada grano de sal hay un proceso simple y ancestral: la salina necesita un terreno bajo que se inunde con agua de mar, viento constante que ayude a evaporar y, por supuesto, la sal misma que lentamente aflora en la superficie hasta cristalizar.

El paisaje es impresionante. Las aguas salinas reflejan el sol y, en temporada, llegan cientos de cisnes blancos que llenan la laguna. Mientras tanto, los salineros mantienen su oficio, una tradición que hoy retrocede frente al avance de la sal de mina y que pone en riesgo parte del patrimonio costero del Maule.